La Gioconda
La Gioconda es la obra pictórica más famosa del artista renacentista italiano Leonardo da Vinci. Se cree que es el retrato de Lisa Gherardini, esposa de Francesco Bartolomeo de Giocondo. Por eso se le conoce también como La Mona Lisa. Mona significaba señora en italiano antiguo. Esta es su historia.
En 1517, Antonio de Beatis visitó a Leonardo da Vinci y este le reveló que pintaba a una dama florentina a petición de Juliano II de Médicis, por lo que otros suponen que la modelo fue una amiga o amante de quien le encargó pintarla.
Algunos dicen que es Isabel de Aragón, Constanza d’Avalos o Isabella Gualanda, damas de la época.
Sea como fuere se trata de un óleo sobre tabla de álamo de 77 por 53 centímetros, pintado entre 1503 y 1519, y retocado varias veces por Leonardo da Vinci hasta poco antes de morir.
La Gioconda se exhibe en el Museo del Louvre de París (Francia) y ser el cuadro más famoso del mundo se debe a su robo, el 21 de agosto de 1911, por el italiano Vincenzo Peruggia, extrabajador que conocía cómo desmontarlo de su marco.
La desaparición de la Gioconda hizo que la imagen aparezca en todos los diarios y avisos, a la vez que se especulara sobre el ladrón hasta sospechar del pintor Pablo Picasso y encarcelar al poeta Guillaume Apollinaire.
La Gioconda fue recuperada el 10 de diciembre de 1913, cuando el ladrón la entregó a Alfredo Geri, un anticuario de Florencia. Hoy, quien visita París obligatoriamente acude al Louvre para ver el cuadro.Muchos aseguran que Leonardo Da Vinci habría llevado el retrato de la Gioconda consigo hasta donde el rey Francisco I. Por muchos años hasta ese momento el artista italiano guardó el retrato en la mansión de Cloux, cerca del castillo del Loira. Luego de ser expuesta al rey, la Gioconda hizo parte de las colecciones reales y fue exhibida en el castillo de Versalles durante el reinado de Luis XIV. Es una de las obras más estudiadas por su impresionante e innovadora técnica de composición. Es apreciada por su encuadre que para su tiempo es muy moderno. Además, Leonardo da Vinci logró de manera sutil generar un efecto óptico con la mirada de la joven y su sonrisa discreta.
Lo anterior demuestra los conocimientos científicos y anatómicos de Leonardo Da Vinci y también su habilidad para mezclar ciencia y arte. En cuanto a la célebre sonrisa de la Mona Lisa, aseguran que había música en vivo para amenizar las largas jornadas y asegurar la actitud alegre de la modelo.
En 1919, Marcel Duchamp utilizó el retrato de la Mona Lisa para emitir su propia versión. Ahora bien, en 2003, los más de 80 millones de ejemplares vendidos de la novela de Dan Brown generaron que la pintura fuera el centro de uno de los misterios enunciados en El código Da Vinci, esta novela de suspenso esotérica tuvo éxito internacional. Entre sus pinturas más destacadas están La Virgen de las Rocas, La dama del armiño, el mural de La última cena y, la más famosa de todas: La Gioconda. Hace poco tiempo, se realizaron unos estudios que arrojaron un resultado muy impresionante: existe una Gioconda madrileña, fue una copia en tiempo real del original, fue restaurada por el Museo del Prado, y ahora se expone en el Louvre junto a la resucitada Santa Ana.
A las dos piezas de la Gioconda se le realizaron exámenes científicos y sugirieron que Leonardo trabajó en sus dos piezas maestras hasta su muerte en Francia, en 1519. Lo anterior explica la causa de porque este cuadro nunca llegó a las manos de la familia de la Mona Lisa. Este importante trabajo estuvo en manos de un equipo especializado, específicamente del conservador de la Colección Windsor, Martin Clayton, quien basándose en impresiones de estilo, indicó que da Vinci trabajó en el fondo de la Gioconda mucho más tiempo de lo que se pensaba.
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